martes, 5 de febrero de 2008

Relatos encadenados



Desde hace unas semanas estoy participando en el concurso de relatos encadenados de la SER... Sé q hay gente con más talento q yo xa esto de escribir, pero... me gusta escribir, y esto es una buena manera de practicar y entretenerse...

Cada martes se eligen tres relatos finalistas y se escoge el ganador.. y se usa la última frase para escribir los de la semana q viene...

Soy tan tonta q las dos primeras semanas no guardé los relatos.... pero estas dos últimas sí... Akí están...


Me doy cuenta de que ya echo de menos a mi ex mujer y a mis hijas. Sonrío tristemente mientras recuerdo la dulce sonrisa de mi mujer, la alegre risa cristalina de la pequeña, la seriedad con la que me mira la mediana. Y la triste sonrisa de la mayor, mi princesa, que con sólo 15 años tiene que hacer de madre para sus dos hermanas. Pero nunca me echa la culpa de nada. No puede. Ninguna puede. Pero yo sí. Me giro para coger el osito del otro lado de la cama, me acurruco, y vuelvo a dormirme.



Me doy cuenta de que ya echo de menos a mi ex mujer
y a mis hijas.
¡Mierda! ¿Por qué ahora? Hasta ahora todo iba bien. Ningún problema durante las negociaciones (“Tú te quedas con la casa y yo con la custodia de las niñas.”), ningún problema durante el proceso (“¿Todo bien, Pedro? ¿Qué tal Ana?”), todo, todo bien, muy bien. Hasta ahora. Ana nota algo.
“¿Estás bien?”, me pregunta. Pero puedo ver la preocupación en sus ojos. Le sugiero que vea la casa. Yo me quedo en el umbral recordando toda la vida que había en ella. Hasta ahora.



Me doy cuenta de que ya echo de menos a mi ex mujer y a mis hijas. Y no entiendo por qué. Hace años que no estaba bien con Marta. Y aunque María al principio no lo entendió, al menos ahora lo acepta. Y las gemelas están encantadas con Marcos. Otra “M” en mi vida… Salimos del Ayuntamiento. Ahora lo entiendo. Son esas sonrisas, tan escasas cuando aún estaba con ellas. Verlas felices me hace añorarlas. Pero ahora yo también soy feliz. Ahora todos somos felices. Subo al coche del brazo de mi marido. “Manuel y Marcos. Juntos para
siempre.”


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No funcionó. No funcio... No...” Me cubro la cara con las manos. Cierro los ojos. Llevo semanas sin dormir. No puedo dormir. Corrijo. Podía. Ahora estoy en paz. Ya puedo cerrar los ojos sin verla con ese tío. Ya puedo mirarla a la cara. Con los ojos tan abiertos. Esos ojos tan verdes, brillantes, siempre sonriendo. Ya no le sonreirá más.
“Desde un principio lo nuestro no funcionó...” Ahora no puedo sacarme esa frase, su última frase, de la cabeza.
Me equivoqué. Sigo sin poder dormir.
Abro los ojos, miro mis manos, rojas, y el cuchillo... Al fin dormiré tranquilo.




No funcionó. Nunca funcionó. Olvídalo, ¿ok? Terminamos hace semanas, meses...”
Esas malditas palabras, una y otra vez dando vueltas en mi cabeza... ¿Por qué no hice nada para retenerla? ¿Por qué no la agarré del brazo?
¿Por qué...? Porque ya sabía que la había perdido, con su mirada de impaciencia.
No quiero perderla así. No quiero esa cara y esas palabras en mi cabeza.
Me giro, grito “¡Ana!”, y en cuanto se gira y me ve, su cara cambia.
Mejor así. Que le duela. Un salto y será ella la que sueñe conmigo todas las noches.





No funcionó. Tengo que reconocer que Álvaro era bueno. Es bueno. El mejor. Pero desde un principio mis esperanzas eran mínimas. Álvaro estaba más seguro de sí mismo. No quise defraudarle. Me porté bien. Calladito y sentadito sin moverme en mi sitio, como un niño bueno.
Pero eran tres monjitas. Nunca pensé que tres monjitas me arruinarían la vida. Que me traerían hasta aquí.
“Ya hemos llegado. Admira tu nuevo hogar. Será la única vez que la veas desde este lado.” Carcajada general en el furgón. Por la ventanilla veo la cárcel donde cumpliré mi condena. De por vida.




No funcionó. Yo lo intenté, pero es superior a mí. No puedo hacerlo...”
Y aquí estoy, solo. En un cuarto desnudo, esperando mi veredicto... Aunque ya lo sé, como lo sabe todo el mundo. Por eso no me sorprende ver al alcaide mirarme gravemente mientras me pide que le acompañe.
Resignado, sin preguntar a dónde me lleva, le sigo.
Y ya estamos aquí. Solos los dos. Nadie viene a despedirme. El alcaide me abre la gran reja.
Partiré solo de este mundo. Y llegaré sólo al infierno, donde no existe la mentira ni la corrupción. Desterrado. Maldita sinceridad.


Esta semana no escribí... Porque la frase no me inspiraba... A ver hoy q' cae... Pues nada.. Q m apetecía ponerlos....

Y los iré colgando semana a semana... Y cuando toque alguno finalista... (a ver si hay suerte...) avisaré...

Bss y suerte!!!! Q ya queda menos xa acabar con lo exámenes...


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Escuchando "No Somos Nadie"...... y luego la SER, coger la frase y a estudiar........

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