jueves, 28 de octubre de 2010

Correo cruzado

Rutinariamente cambio sus pulseras identificativas: rosa por amarillo, amarillo por azul, azul por rojo, rojo por naranja, naranja por rosa, rosa por azul, azul por naranja, naranja por amarillo… Es una rutina aleatoria: así nunca sé qué noticias llegarán adónde, no me dejo influir. O al menos no lo hacía, porque hoy, al llevar a cabo mi rutina, se ha caído uno de los mensajes, y al recogerlo del suelo no he podido evitar leerlo. Busqué la paloma correcta y mandé a otro al paro por mí.

No hay comentarios: