Nos llevaron a cenar al lado del faro, donde tuvimos a unos cuantos gatos (¡qué tranquilidad no ver gatos por doquier en Madrid, al menos de estos peludos bigotudos que van a cuatro patas!) rondando por y por debajo de la mesa.
Éste sobre todo, era el más insistente. Supongo que la comida que le tiraba Suky tenía algo que ver. |
Tras conocer a más familia de Suky y un sueño reparador, Sokaina nos dio la sorpresa: tendríamos dos horas para ver Tánger si queríamos disfrutar de la parte de los preparativos de la boda concernientes a la novia, lo que significaba... ¡henna!
Así que cogimos un taxi y fuimos a la costa, para empezar desde ahí nuestra visita express a la ciudad. Cuál no fue nuestra sorpresa cuando el taxi nos lleva de tour por media ciudad y, obviamente, nos quiere cobrar por ello. Nosotras, como buenas turistas, le dijimos que le pagaríamos la tarifa establecida, no más. Y nos bajamos dejando detrás nuestro a un taxi muuy cabreado.
Tras ver los edificios emblemáticos (El Teatro Cervantes de arriba, las escuelas de la misión española, edificios coloniales...) nos adentramos en la medina.
Y, para variar, en la medina se nos adjudicó un guía (realmente, eso es lo que pasa: ellos te eligen a tí, y tú tienes que insistir mucho, demasiado, para que te dejen en paz). Aunque esta vez nos venía bien, porque teníamos prisa y queríamos aprovechar al máximo la subida hasta la costa.
Y vaya si la aprovechamos: vimos España desde el otro lado del Estrecho, comprobamos que la arquitectura andaluza y la marroquí tienen más en común aquí en el Norte (de Marruecos) que más al Sur...
Mezquita de mujeres |
Terminamos nuestro callejeo por Tánger cogiendo otro taxi de vuelta a la casa de Suky, viendo el resto de los edificios que nos quedaban por ver:
Deducimos que esto era la iglesia anglicana... más que nada por la bandera xD |
Mezquita |
Instituto Español |
Café París |
Después de rematar las mochilas, nos montamos en el coche del tío de Suky y pusimos rumbo a Tetuán.
No, si aquí no se bebe alcohol... |
Cuando llegamos a la casa donde estaban la novia y las mujeres de la boda, fuimos calurosamente recibidas. ¡¡Realmente son simpáticos y amables estos marroquíes!!
Tras una opípara cena más allá de la medianoche, regresamos a la casa de Sokaina, para poder terminar las mochilas y dormir un poco. Por la mañana, con un primo de Suky fuimos a Tánger a por nuestro tren, de vuelta a El Jadida. Largo y fatigoso viaje...
Tras una opípara cena más allá de la medianoche, regresamos a la casa de Sokaina, para poder terminar las mochilas y dormir un poco. Por la mañana, con un primo de Suky fuimos a Tánger a por nuestro tren, de vuelta a El Jadida. Largo y fatigoso viaje...
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