Mi mayor defecto es aferrarme a la gente.
Y hundirme en la vana e ilusoria esperanza de que algún día, quizás, volverán.
Y siento que yo debo estar ahí para darles la bienvenida… de nuevo…
¿Cómo puede ser que a pesar de lo vivido no haya aprendido aún a desligarme de la gente, que no soy indispensable para nadie?
Supongo que es porque, de algún modo, aún tengo la esperanza de que alguien me considere indispensable o, al menos, necesaria.
Ese afán infantil por sentirse querido, por no sentirse abandonado…
Blame it on my youth… Ése es mi único Consuelo: ser aún una niña que sueña con cuentos de hada.
Algún día creceré y descubriré el crudo mundo al otro lado del espejo.
a las personas no hay quien las entienda, será que a lo mejor les resulto tan extraño como ellos lo son para mí
martes, 21 de septiembre de 2010
Blame it on my youth
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2 comentarios:
Peeeero bueno!!!
A ver qué pasa aquí!!!
Con la alegría que me da ver tus comentarios y resulta que luego me encuentro con entradas tristes...
NO, NO, NO Y NO!!!
Se te echa de menos Fa!
Arriba los corazones!
Un besoteeee!!!
nah, días de bajón... ya he puesto el modo alegre e hiperactivo en "on"... ;)
¿q tal todo por tu nuevo cuarto chollo? :PP
no te preocupes, q la siguiente (en proceso de redacción) será más alegre! ;)
bisoux!!!!!!
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