El viernes se abrió la veda. Desde el viernes no he tenido Internet en casa. Hasta ahora. En estas horitas de conexión cibernética sin cables con el mundo, descanso de echar CVs y redactar covering letters en casi cualquier idioma occidental conocido y por conocer (en momentos como éste desearía que el esperanto hubiese triunfado; aunque entonces quizás me encontraría buscando trabajo únicamente de dependienta o de camarera) para actualizar esto un poco. Porque sí, he decidido retomar el blog.
Este fin de semana he decidido abrazar sin pudor alguno a mi "yo turista" y patearme el centro de Londres y tomarme fotos como una extranjera más.
"¿Y qué diferencia hay entre estos días y los primeros días en los que ibas boquiabierta por las calles de tu amado Londres con la cámara apuntando a todo y a todos?", os preguntaréis. Pues, en la teoría, ninguna. En la práctica, que fui hasta el London Eye y el Big Ben con la firme intención de hacerme sendas fotos delante de cada uno de ellos.
Así que entre galería nacional y galería nacional, entre museo y mercado, entre plaza y monumento, de aquí al domingo pretendo tener un digno álbum de turista con el que ponerme morriñosa como me pongo cada vez que veo una foto de Bruselas. Porque, so far, la búsqueda de trabajo no está dando sus frutos.
¡Y ya es mid-term, collons, y yo no tengo los deberes hechos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario