Viaje al centro de…
Se recostó contra la ventanilla, cerró los ojos y dejó que su mente volase hasta ella: sus curvas, sus rincones secretos, su olor, su perfil… Recorrió sus recovecos deleitándose, contando los minutos que le quedaban para volver a sentirse dentro de ella.Un agudo pitido le despertó, y sonrió al abrir los ojos y encontrarse de frente con su nombre en un cartel, dándole la bienvenida.Sonriente, cogió su maleta, bajó del tren y respiró hondo, aspirando ese inolvidable olor, el maravilloso aroma de su ciudad.
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