Desde pequeña quise saber lo que se sentía al pertenecer a un club de lectura. Esa imagen de señoras con ropas victorianas reunidas alrededor de una mesita con tazas de té y pastitas me atraía enormemente. Sí, era una niña rara. Sí, lo soy. Pero si te has criado rodeada de libros, piensas que no hay mejor forma de completar el círculo que hablando sobre lo que ese libro te ha transmitido. Mi versión barata y más del siglo XXI es comentar libros con amigos y amigas y este blog.
Pero Londres, oh, la maravillosa y gris Londres, me ha permitido cumplir uno de mis sueños. En las bibliotecas de mi barrio hay clubs de lectura para todos los gustos: club de lectura a secas, club de lectura de clásicos ingleses, club de lectura infantil, club de lectura juvenil y, el único al que he podido acudir hasta ahora, club de lectura de novela gráfica.
Al club de lectura de clásicos ingleses no he podido acudir porque, por mucho que lo intentase, no conseguía avanzar con Hard Times de Dickens. Pero ahora estoy con Vanity Fair y éste sí que me ha enganchado. Así que a mediados de diciembre acudiré a mi primera reunión del Classics Reading Group :)
Al club de lectura "normal" no acudo porque coincide con las reuniones de los East Finchley Writers, pero al menos me ha servido para poder leer, por fin, The woman in black de Susan Hill. Porque soy así de especialita y no podía sentarme a ver la peli como una persona normal, no. Tenía que leerme el libro primero. Y suerte que lo hice. No tienen nada que ver. Y tras 3 libros de Susan Hill, no le veo el gancho.
¿Y mi primera reunión de un club de lectura? Graphic Novel Reading Group empezó para mí con Habibi, de mi adorado Craig Thompson. Y sí, habia pastitas, agua y refrescos. Falló el té.
Ahora he terminado el siguiente libro para este club de lectura, Professor Munakata's British Museum Adventure, de Hoshino Yukinobu. Mi primer manga leído al revés. Prácticamente, mi primer manga, si no contamos Sailor Moon xD
Con este libro ha surgido mi vena tradcutoril desde la introducción, donde en una entrevista al autor por parte de una de las traductoras (son tres) se le pregunta lo siguiente:
- [...] do you feel that Japanese sound effects should be kept in English translated editions?- In countries such as Korea, Taiwan and America, specialists translate Japanese sound effects into the local language and sounds. They have developed techniques for removing the Japanese sounds drawn into the originall designs and replacing them with local sounds - but leaving the drawing basically intact. Japanese sound effects could be replaced by Western sounds - except that Western ones tend to be more limited. Or the Japanese originals could be left as they are. Either way is fine with me.(Páginas 10-11 de la edición británica)
El caso es que lo dejan en japonés, lo que al principio me obligaba a ir al final del libro para descifrar lo que esa onomatopeya podría significar. Un engorro, ¿no? Las onomatopeyas se suponen que deben ayudar a entender una situación sumergiéndonos en ella mediante el sonido. Pero si tenemos que ir al final del libro para descubrir que un sonido representa al "Profesor Munakata mordiendo una manzana" o "el hilo de una bolsita de té rompiéndose", al final las onomatopeyas son un engorro más que una ayuda. Al menos, así lo veo yo. Además, las definiciones dadas dicen más de lo que queremos, como en los ejemplos que acabo de poner.
Onomatopeyas que corresponden, de derecha a izquierda, a: "wire pulling taut", ""wire crushing propeller", "wire getting caught up in the propeller" (dos veces, pero con distintos sonidos). |
Otro aspecto del libro que me ha chocado, aunque en este caso me ha hecho gracia, pues es otro caso más en el que un traductor lo tiene muy difícil para decidir, es cuando descubres que hay párrafos o bocadillos enteros repetidos porque... ¡Munakata y Chris hablan en japonés entre ellos pero ella traduce lo que él dice al inglés cuando hay más gente participando! El primer ejemplo y el más chocante es la página de la izquierda, en la conferencia del Profesor Munakata.
¿Qué solución habriáis dado?
¿O al hecho de que Chris se disculpe porque su japonés no es muy bueno pero todo el libro tenga lugar en un correctísimo inglés?
Yo plantearé estas cuestiones el mes que viene en la reunión. Espero que los ingleses no me linchen :P
(Eso sí, las ilustraciones de Yukinobi son una maravillosa forma de recorrer Londres y el British Museum una y otra vez... ¡Y cuando están a color son simplemente mágicas!)
No hay comentarios:
Publicar un comentario