Tras un cambio de planes inesperado, y gracias a Marta y su amiga, el finde fue muy muy bien… Y es que quedó constatado que, aunque mola vivir sola, siempre es bueno tener a alguien cerca para cuando lo necesitas, por mucho que haya nuevas tecnologías…
Así que:
1. Gracias a tod@s l@s que habéis estado ahí conmigo estos días… No sólo por estas semanas, sino por estar desde que os conozco…
2. Gracias por permitirme estar con vosotr@s...
Y, bueno, no voy a ponerme más ñoña, pero gracias por todo. Dentro de poco os lo voy a poder agradecer en persona ^^
Y tras esta nota emotiva, mi historia del gafe que tengo con Gante… Si alguien recuerda, cuando fui a Gante por primera vez, en Octubre, estaba toda en obras… Y cuando Marta me propuso ir a Gante, no lo dudé: era la ocasión perfecta de quitarme las espinitas… todas…
Y para allá que fuimos. Otra vez la estación del terror. Otra vez q no tomé fotos, aunque había un hombre que sí que (nos) las estaba haciendo…
Y una vez en Gante, día gris, con su algo de lluvia belga, su poquitín de Sol… pero por lo general tiempo gris…
y cuál fue nuestra (mi) sorpresa al bajarnos en la misma parada de tranvía (se ve q hay que bajarse ahí sí o sí) y llegar a una plaza con el suelo aún levantado, paisajes con grúas omnipresentes, algún que otro andamio…
Así que, aunque nos lo pasamos muy bien, sigo sin poder pensar en Gante sin pensar en andamios, grúas y obras…
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