Así es. El que se acabase mi Erasmus no significaba que se acabase el viajar. No mientras tenga gente amabale que me acoja. Así, aproveché el Puente de Diciembre y me fui, con mi hermanito de la mano, a visitar a Noel y a ver qué tal se desenvolvía con tanto español, como me dijo que había, en Dinamarca.
Rematamos el día viendo un partido por 3 euros: el equipo de Copenhague quería agradecer su apoyo a la afición con este partido, vuelta de honor final incluida. ¡Lo divertido que fue pegar botes y cantar con los ultras del Copenhague!
Al día siguiente tocaba visita a Roskilde:
Un pueblo precioso, nevadito, donde pudimos disfrutar de los niños con sus trineos (con la consiguiente envidia por parte de Noel), y donde yo pude hacer mi primer ángel de nieve ^^
Y nos encontramos con una especie de fanfarria/banda municipal, tocando por la calle principal de Roskilde... Noel nos explicaría luego q algunos ayuntamientos tienen estas iniciativas para que la gente salga a la calle y no se quede en sus calentitas casas. Me gustó la idea, y me parece interesante y original.
Por la tarde tocaba visitar museos:
las joyas de la corona...
los tapices...
O el Tívoli, un parque de atracciones que cambia de decoración según la época del año y, claro, nos tocaba Navidades:
El último día mi hermano y yo fuimos sólos por la mañana a Copenhague, porque yo quería ver la supuesta casa-museo de Hans Christian Andersen.