1. Nunca preguntes una dirección a un nativo. Tienden a perderte, y terminarás caminando sin sentido, dando vueltas, callejeando… para terminar prácticamente donde empezaste. Recuerda: Normalmente la dirección que buscas estará en un radio de unos 100 metros a donde te encuentras, pero los nativos prefieren hacerte pasear. Sigue a tu intuición, una calle grande todo recto y llegarás antes y menos cansado que preguntando.
2. No importa cuál sea tu nivel de francés. Siempre puedes mezclarlo con el inglés o, en su defecto, encontrar a alguien que hable español. Hay bastantes. Recuerda: Según la guía para jóvenes de Bruselas, cuantos más idiomas mezcles, más nativo parecerás.
3. No importa que viajes con mascotas. Puedes llevar perros, gatos… en el Metro, con y sin correa. Recuerda: No hay razón para dejar a tu mejor amigo en casa.
4. Los autobuses son los reyes de la carretera. No importa lo que tengan delante, una curva, un peatón, otros coches, una rotonda, un ciclista, un tranvía… un conductor de tranvía que se tiene que bajar en medio de una rotonda a cambiar las vías y una ciclista que se ve obligada a adelantarle (lo he visto, lo juro)…: el autobús es el más grande, ocupa más, con lo que la carretera es suya y él hace lo que le da la gana, aún a riesgo de ciclistas y peatones. Recuerda: Mira 2 veces a cada lado de la carretera antes de cruzar, y si ves a un autobús a lo lejos, espera a que pase. Mejor no arriesgarse. *Algunos conductores de coches también van como locos (véase: “la mayoría”).
5. Estás en la capital de Europa, por lo que se sigue el horario europeo. Esto es, a las 6 de la tarde ya empiezan a cerrar comercios, y a las 8 ya sólo quedan los muy tontos… o los que abren muy tarde. A esas horas siempre puedes recurrir a los Night Shops para cualquier emergencia. Recuerda: Hazte tu programa diario pensando que a las 7 es altamente probable que no encuentres nada abierto.
6. Es la capital de Europa, por lo que son los reyes de Europa. Esto es, aunque cierran muy pronto, hay tiendas que son las reinas del mambo y abren también muy tarde. Un ejemplo práctico: La tienda de informática de al lado de mi casa abre de Lunes a Viernes de 2 de la tarde a 7 de la tarde… Recuerda: Si necesitas algo, ¡cómpralo en la primera tienda que veas abierta! O memoriza los horarios de las tiendas más importantes, para evitar sorpresas…
7. Es la capital de Europa, por lo que tienen que dar ejemplo. Hay pocas papeleras por las calles, y las que hay ya están, en su mayoría, habilitadas para reciclar, es decir, separadas en compartimentos. Y si te pillan ensuciando la calle, te multan con mínimo 200 euros (o eso amenazan los carteles). Las bolsas de basura no pueden ser cualquiera, son unas blancas con el logo del gobierno… así cobran una especie de impuesto. Los colores son diferentes: el blanco es nuestro gris, el azul es nuestro amarillo, y el amarillo es nuestro azul. Incluso separan tipos de vidrio (pintado y el que no). Recuerda: ¡Sé limpio y recicla! (Salvo en mi edificio, cuyo dueño no se complica la vida: bolsa blanca y punto).
8. Por el nº7, en muchos grandes comercios (Carrefour, CASA, Colruyt, Blokker…) no dan bolsas de plástico, sino que te venden (0.05€ - 1€) bolsas tipo tela… Así que no es raro ver a gente salir, por ejemplo, de un Colruyt con bolsas gigantes del Carrefour, o las bolsas ésas de tela de cuadros… Recuerda: Lleva siempre una bolsa o dos a mano por si tienes que comprar algo y no te dan bolsa (En Colruyt ni venden).
9. Es Centro-Europa, acá la lluvia te puede pillar en cualquier momento… pero el Sol también. Por ejemplo: Tras un par de días de lluvias, el Domingo me encontré con la chaqueta en la mano, muerta de calor, el paraguas en el bolso y manga corta. Y así 3 días en que me ido confiando poco a poco (primero dejando el paraguas en casa, luego la chaqueta…) hasta que hoy me ha pillado la lluvia en pantalón pirata, manga corta y sin chaqueta. Recuerda: En Bruselas, con más capas que una cebolla (en el Metro/bus/tranvía te asas, eso no cambia) y con el paraguas siempre en el bolso.
10. En los baños públicos hay que pagar. Normalmente hay una señora sentada en la puerta, con un platito y un cartel en la puerta indicando el precio (de 30 a 50 céntimos). En cuanto sales del baño, entra con más o menos prisa (depende del humor de la buena señora) a limpiar, y no deja pasar a nadie hasta que ha terminado y a cobrado, que es lo más importante. Recuerda: Lleva siempre suelto a mano. O aguanta hasta casa para no pagar.
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